Uno de mis autores favoritos, sin duda alguna, es Franz Kafka. A los 14 años quedé hipnotizado con La Metamorfósis por la clara comparación que hacia el autor con la realidad de un joven adolescente como yo. Hoy, he vuelto a desempolvar aquel antiguo libro que una vez la Miss Gilda nos obligara a leer y que hoy conservo como una reliquia en mi escritorio, como un pedazo de mí que encontré hace casi nueve años, y que hoy vuelven a aflorar más similitudes entre Gregorio Samsa, su familia y nuestra actual realidad.

Leyendo a Raj Patel (The Value of Nothing, un libro extraordinario, se los recomiendo) encuentro en una de sus páginas la perfecta comparación entre la crisis económica, la reacción mundial frente a ella y la reacción de Samsa frente a su metamorfosis:

Es como si un día despiertas y te encuentras transformado en una cucaracha. Esta es la premisa de la novela de Kafka, La Metamorfosis. En la primera oración, un joven vendedor llamado Gregorio Samsa despierta, después de una noche de mal sueño, para encontrarse convertido en un insecto enorme. Su primera reacción es reveladora, diciéndonos más de nosotros mismos de lo que nos gustaría saber. ¿Que creen que Samsa hace cuando descubre que es un insecto? No sale de su cuarto gritando, o reflexiona de lo sucedido, o que significa esa transformación y en que se transformará mañana. Su respuesta es esencialmente: "¡Pobre de mi! ¿Cómo voy a mantener mi trabajo así?"

Es la reacción de Samsa más o menos la misma reacción que tuvimos frente a la crisis. Obviamente, no nos convertimos en insectos, pero es la reacción frente a este cambio en nuestro entorno que me deja pensando si nos preocupamos más por nuestro pellejo y nos atropellamos para sobrevivir bajo el mismo modelo fallido, o reflexionamos las causas de lo sucedido, analizamos y generamos cambios, mejoras.

Es la crisis económica actual un claro ejemplo de como reaccionamos como masas individuales y egoístas. Es un claro ejemplo de cómo buscamos soluciones que no perjudiquen a los que generaron el problema, pero el problema es que perjudican a aquellos que no están involucrados. Pongamos el caso de Grecia, grandes paquetes de austeridad para garantizar el pago de la deuda en el corto plazo, mientras miles de personas sufren las consecuencias en el largo. Muchos líderes se han olvidado que la base de la economía de un país no radica en su sector financiero, sino más bien en el sector real. Muchas de las políticas de países más avanzados han ido a rescatar el sector financiero y restarle importancia y competitividad al sector real. Claro, pueden haber muchos argumentos a favor de esas políticas que lo justifiquen, pero se pone en riesgo la capacidad de generar valor en el futuro y, al fin y al cabo ¿qué sería de la economía sin una mirada actual del futuro que queremos y las formas de lograrlo?

En el siguiente post haré memoria sobre la crisis económica, causas, metamorfosis y efectos, y lo que a mi parecer necesitamos para cambiar la situación actual y el modelo que largamente ha probado muchas deficiencias.

(Dibujo: http://peterdeseve.blogspot.com/)